“Aquí no pasa nada; mejor dicho, pasan tantas cosas juntas al mismo tiempo que es mejor decir que no pasa nada.”
Jaime Sabines
Noviembre del 2025 llegó de la peor manera, una de las fechas de mayor tradición de México, relacionada con honrar a nuestros muertos, se convirtió en un día de luto e indignación nacional, debido al homicidio de Carlos Manzo, Alcalde de Uruapan Michoacán, justo en el centro histórico del municipio en un evento público denominado el festival de velas.
¿Por qué en un país dónde ser presidente municipal, periodista, mujer, policía, sacerdote, activista, y un largo etcétera representan una actividad de alto riesgo y que de manera lamentable hemos normalizado sus muertes dejándolas en números fríos, dolió tanto la muerte de Carlos Manzo? ¿Por qué sí, en lo que lleva la administración de la primera mujer presidenta de la nación se tiene el registro de 10 homicidios a presidentes municipales, de los cuales tres son de Michoacán, causó tanta indignación social el asesinato del Alcalde de Uruapan?
La respuesta a estas interrogantes, se debe a la omisión de muchas llamadas de auxilio, a un centenar de acusaciones directas, a la valentía con la que, gobernaba, de hacer lo que podía con lo que tenía, porque gobernar de manera independiente, sin una bancada en el Congreso y con diferencias políticas tanto con el gobierno del Estado y Federal supongo que no ha de ser sencillo y por la incomodidad de justo de quienes lo mataron.
Antes de continuar, ante lo mediático que se ha convertido este caso, quisiera aclarar, que también de este lado hay sentimientos de culpa por no alzar la voz cuando se tenía que haber gritado. Me cuestiono, qué hubiera pasado si todas estas protestas sociales que se originaron a raíz de su asesinato se hubieran hecho previo, porque claro que como ciudadana se vale protestar, porque los medios y la clase política sabían de las denuncias de Carlos y como muchos decidimos callar, hasta “después de ahogado el niño”, como reza el refrán popular. Pero ojo, eso no quiere decir, que tenemos que seguir callando, aunque también no comulgo con quienes han lucrado con el asesinato de Carlos con fines políticos, porque quizá con el poder de incidir que se tiene desde un escaño o desde un despacho gubernamental la situación fuera distinta.
El asesinato de Carlos Manzo, sacudió al país, despertó conciencias, fueron días de duelo , el ambiente político se sentía distinto, entre bloqueos de autopistas por reclamos justificados de agricultores, transportistas y piperos; entre una marcha ejemplar de miles de ciudadanos de Uruapan que exigían justicia; entre la aprobación de un presupuesto que ya no se discute se aprueba en automático; entre una marcha organizada por la generación z por demás descalificada y violentada, aunado a las agresiones que sufrieron la presidenta de la República, la gobernadora de Guanajuato y a todo lo que se ha enfrentado la actual presidenta de Uruapan, deja claro que la justicia no es igual para todos , o mejor dicho como diría el poeta “aquí no pasa nada; mejor dicho, pasan tantas cosas juntas al mismo tiempo que es mejor decir que no pasa nada.”
Desde este espacio alzamos la voz, para exigir justicia para Carlos y para todas las personas víctimas de injusticias. El país está ávido de paz, y como sociedad y gobierno debemos asumir nuestra responsabilidad en construir el país que anhelamos.

Viviana Islas Mendoza Colaboradora de Integridad Ciudadana, Consejera Local del INE Estado de México, Especialista en Administración Pública Municipal, Politóloga por la UAM, con estudios de posgrado en Políticas Públicas y Derecho Parlamentario. @VivianaIslasM @Integridad_AC

















