Los Niños de la Calle en México: Corazones Rotos Bajo el Asfalto Implacable.

Imagínate el frío cortante de la medianoche en las calles de la Ciudad de México, donde un niño de apenas ocho años, con los ojos hundidos por el hambre y el miedo, se acurruca bajo un puente sucio, temblando mientras el rugido de los autos ahoga sus sollozos silenciosos.
«No tengo mamá, no tengo nada», susurra Javier, uno de los miles de almas infantiles abandonadas a su suerte en este país de contrastes brutales.
No es una escena de una película de terror: es la realidad diaria para hasta 5.2 millones de niñas, niños y adolescentes en situación de calle en México, según datos alarmantes de la Fundación Pro Niños de la Calle y otras organizaciones.
En las sombras de los semáforos de la Ciudad de México, donde el bullicio de los cláxones se mezcla con el aroma de tacos callejeros, una figura menuda extiende la mano. «Una limosna, por favor», murmura un niño de no más de 10 años, con ojos que han visto más de lo que cualquier adulto debería soportar.
No es una escena aislada: es el rostro cotidiano de miles de «niños de la calle» en México, un país donde la pobreza extrema y la violencia familiar empujan a la infancia hacia los márgenes de la sociedad.
Según datos actualizados del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) de 2024, al menos 15,000 menores viven en las calles del país, aunque organizaciones como UNICEF estiman que la cifra real podría superar los 30,000, agravada por la crisis post-pandemia y la migración centroamericana.
Este reportaje sumerge en las profundidades de esta realidad, explorando las causas, las historias humanas y los esfuerzos por rescatar a estos niños invisibles. No es solo un problema social: es una herida abierta en el tejido de una nación que aspira a ser potencia económica, pero donde uno de cada cuatro niños vive en pobreza moderada o extrema, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL).
Las Raíces del Abandono: ¿Por Qué Terminan en la Calle?
La calle no elige a sus habitantes; son las circunstancias las que los escupen allí. En México, el 60% de los niños de la calle provienen de hogares disfuncionales marcados por la violencia doméstica, el abuso sexual o la adicción de los padres, de acuerdo con un informe de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) publicado en septiembre de 2025.
La pobreza rural acelera el éxodo: familias campesinas, azotadas por la sequía y el cambio climático, envían a sus hijos a las ciudades en busca de «oportunidades». Pero lo que encuentran es explotación.
En Guadalajara, Jalisco –la segunda ciudad más afectada–, el fenómeno se entrelaza con el narcotráfico. «Muchos niños son reclutados por cárteles como halcones, vendiendo droga o vigilando esquinas por unos pesos al día», explica María Elena López, directora de la ONG Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM).
Un estudio de 2024 de la Universidad Autónoma de México (UNAM) revela que el 25% de estos menores ha sido víctima de trata laboral o sexual, con un aumento del 15% desde 2020 debido a la precariedad económica post-COVID.
La migración añade capas de tragedia. En la frontera norte, ciudades como Tijuana albergan a «niños mochileros» –menores no acompañados que cruzan solos desde Honduras o El Salvador–.
Historias que Duelen: Rostros Detrás de las Estadísticas
Conozcamos a Javier, de 12 años, un niño tapatío que conocí en un albergue temporal del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) en Guadalajara. «Mi papá me pegaba con el cinturón por robar comida. Un día, me fui. Ahora duermo bajo el puente de López Mateos», cuenta con voz temblorosa, mientras dibuja un sol en un papel arrugado. Javier representa a miles: el 40% de los niños de la calle no asiste a la escuela, según el INEGI, y su esperanza de vida se reduce en una década por enfermedades como la tuberculosis o el VIH, contraídas en condiciones insalubres.
En la capital, el caso de las «niñas de la Merced» ilustra la dimensión de género. En el histórico barrio de La Merced, un epicentro de prostitución infantil, organizaciones como Casa de la Amistad reportan que al menos 200 menores –muchas de origen indígena oaxaqueño– son explotadas sexualmente.
«Ellas no eligen; son vendidas por redes familiares o traficantes», denuncia activista Laura García, quien ha rescatado a más de 50 niñas en los últimos dos años. Un allanamiento policial en octubre de 2025 desmanteló una red que operaba en el Centro Histórico, liberando a 15 menores, pero el problema persiste: la impunidad alcanza el 95% en estos casos, per la CNDH.
Respuestas Institucionales: ¿Avances o Parches?
El gobierno mexicano ha respondido con programas como «Niños en Situación de Calle» del DIF, que en 2024 atendió a 8,000 menores con albergues y terapia psicológica. La presidenta Claudia Sheinbaum, en su discurso del 1 de septiembre de 2025, anunció un presupuesto adicional de 500 millones de pesos para refugios y educación itinerante.
El gobierno mexicano ha respondido con programas como «Niños en Situación de Calle» del DIF, que en 2024 atendió a 8,000 menores con albergues y terapia psicológica. La presidenta Claudia Sheinbaum, en su discurso del 1 de septiembre de 2025, anunció un presupuesto adicional de 500 millones de pesos para refugios y educación itinerante.
ONGs internacionales llenan vacíos. Save the Children México opera en 15 estados con campañas de reinserción escolar, mientras que el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) impulsa el «Programa de Protección Integral» en Chiapas y Veracruz, donde la deserción escolar por trabajo infantil afecta al 30% de los niños.
En 2025, una alianza público-privada con empresas como Telcel ha instalado «puntos seguros» en 50 estaciones de metro de la CDMX, ofreciendo comidas y orientación legal.
Aún así, los desafíos persisten. La corrupción en algunos albergues –como el escándalo de 2023 en el DIF de Veracruz, donde se denunció abuso en centros de acogida– erosiona la confianza.
Y el cambio climático agrava todo: huracanes como Otis en 2023 desplazaron a 2,000 familias en Guerrero, incrementando el número de niños en las calles de Acapulco.
Hacia un Futuro sin Calles: Llamado a la Acción
Los niños de la calle no son un problema periférico; son el espejo de nuestras fallas colectivas. México, con su PIB per cápita de 12,000 dólares en 2025, tiene los recursos para erradicar esta plaga, pero requiere voluntad política y social.
Expertos como el sociólogo UNAM Jorge Cadena proponen reformas: universalizar la educación gratuita hasta los 18 años, fortalecer la ley contra la violencia familiar (Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes) y crear un fondo nacional anti-pobreza infantil.
Mientras tanto, historias como la de Javier ofrecen esperanza. Tras tres meses en el albergue, el niño regresó a la escuela y sueña con ser futbolista. «Quiero una casa, no una calle», dice. Su voz, y la de miles, clama por ser escuchada. ¿Responderemos?
Mientras tanto, historias como la de Javier ofrecen esperanza. Tras tres meses en el albergue, el niño regresó a la escuela y sueña con ser futbolista. «Quiero una casa, no una calle», dice. Su voz, y la de miles, clama por ser escuchada. ¿Responderemos?
Estos niños no son estadísticas; son sueños aplastados, risas silenciadas, futuros robados. México, con su riqueza y potencial, no puede ser farol de la calle y oscuridad en casa: mientras lloramos por tragedias lejanas, ignoramos el llanto en nuestras aceras.

Ricardo Reyes Legazpi es el director del portal de noticias RRC y colabora en varios medios con su trabajo periodístico.