Editorial: La Barredora no barre, arrastra.

Hernán Bermúdez Requena, exsecretario de Seguridad de Tabasco, regresa a México no como funcionario, sino como presunto líder del grupo criminal “La Barredora”. Su extradición desde Paraguay no solo revela una trama internacional de crimen organizado, sino que pone bajo lupa a quienes alguna vez lo respaldaron.

Adán Augusto López, hoy senador y entonces gobernador que lo nombró, asegura no haber recibido jamás un reporte sobre actividades delictivas de Bermúdez. Pero la incredulidad crece: ¿cómo se puede gobernar sin saber lo que ocurre en casa?

La disposición del senador a comparecer “con o sin fuero” suena valiente, pero no borra la pregunta de fondo: ¿cuántos más han pasado por el filtro de la confianza política para luego terminar en el banquillo de los acusados?

En tiempos donde la justicia se mide más por el espectáculo que por la rendición de cuentas, el silencio ya no es prudente: es sospechoso.

Editorial y cartón político. Paco Baca.