Esta tendencia trasciende todo movimiento cultural o la mera apología del delito. organizaciones criminales han identificado que artistas pueden fungir como sus mejores publirrelacionistas, utilizando la música como un medio para influir en la población en construir una imagen positiva, a pesar de las numerosas atrocidades que cometen. Por ello, han financiado carreras musicales, encargando corridos personalizados a los artistas y los han invitado para amenizar sus eventos.
Paralelamente, El narco ha infiltrado la industria musical financiando artistas y lavando dinero. La musical genera millones de dólares en ingresos y las ventas vinculadas a conciertos, artículos promocionales y discos físicos cuentan con escasa supervisión. Esto crea un terreno propicio para el lavado de dinero, situación que ha sido explotada por diversas organizaciones criminales.
En este momento, la cuestión ya no es si el crimen organizado se ha infiltrado en la industria musical, sino hasta qué grado ha logrado influir, así como cuántos artistas, productores y promotores están vinculados al narcotráfico.
Cartón editorial: Paco Baca.